PREMIO CERVEZAS ALHAMBRA-ARCO [2021] LACERÍA DE UNA GEOMETRÍA VACIADA

-El proyecto https://www.cervezasalhambra.com/es/crearsinprisa/arco/laceria-de-una-geometria-vaciada

… En «Lacería de una geometría vaciada», Antonio Fernández Alvira (Huesca, 1977) ha extraído los elementos fundamentales de la decoración que engalana la Torre de la Cautiva y ha creado con ellos una pieza autónoma, en la que el ornamento se vale por sí mismo. La obra ha sido construida con los mismos yesos y coloreada con los mismos pigmentos que emplearon los artesanos nazaríes. Sus distintas piezas se apoyan las unas contra las otras, sosteniéndose entre sí, sutilmente, pero con el vigor necesario. Así, estos elementos ornamentales se emancipan, construyendo un espacio propio a su alrededor, en el que las distintas líneas ondulantes y anguladas parecen levantarse con menos esfuerzo del que realmente hacen.

Es un elogio común decir que alguien hace que cosas sumamente difíciles parezcan fáciles (en algún momento decidimos que exhibir el esfuerzo quita mérito a la proeza). La aparente liviandad de la obra se logra por la combinación de la forma y color: alternando líneas gruesas y delgadas y empleando tonos naturales (de la colección de pigmentos minerales de Luis Prieto, el maestro estuquista). Los colores afectan al espacio y condicionan las formas, de modo que ajustando con precisión lo uno con lo otro, Fernández Alvira arma una composición ágil, en las que las líneas se entrecruzan jovialmente, como si jugaran entre ellas. Esta interpretación lúdica, que surge al contemplar estos perfiles fuera del corsé apretadísimo de su patrón geométrico y reiterativo, podría hacernos obviar su factura laboriosa. La textura pulida del estuco se alcanza mediante un meticuloso proceso de lijado, durante el que se van aplicando capas cada vez más diluidas de yeso para rellenar las pequeñas oquedades que aparecen durante el proceso. La pieza final es el resultado de un transcurso de añadidos y retiradas, en el que se combina el instinto de la mano del artesano y del artista con el cálculo cuidadoso de proporciones en las mezclas. En definitiva, se trata de un proceso químico que los implicados deben conocer para prever, desde las primeras etapas del trabajo, una apariencia que se irá desvelando a medida que el estuco se fragua y seca.

Extracto texto de Joaquín Jesús Sanchez